Durante un mes estuve viviendo una experiencia transformadora en el pueblo mágico de Mompox, Bolívar. Estuve compartiendo no solo taller sino hogar con mis maestras Liliana y Lyda; hermanas Herrara creadoras del taller L&L. Definimos en conjunto un plan de enseñanza, en el que de lunes a sábados en jornada continua me la pasaba fundiendo, entorchando hilo, escarchando y demás tareas propias del oficio de la Filigrana. De este modo iba creando las piezas de menor dificultad a mayor dedicación y paciencia para su elaboración. Los resultados se muestran en las fotografías expuestas en esta página que posteriormente las realicé en un diplomado de Fotografía de moda y publicidad cursado.
De las más grandes enseñanzas que me ha dejado esta experiencia ha sido la importancia de este oficio en las personas de quienes lo realizan, enseña el valor de la paciencia, dedicación y perseverancia. Además me quedo con la pasión y el sueño compartido de las hermanas herrera por cambiar realidades y no solo individuales sino colectivas mediante la artesanía.